Primer día de trabajo, momento para conocer las caras que nos acompañarán esta semana, para aprender nueva rutinas...
Ha sido un día muy especial en las Calcutas, compartiendo el día con las sisters. Son el tipo de personas que el mundo necesita, ya que se entregan a los demás sin recibir nada material a cambio. Ver con la pasión con la que tratan a los niños y con la que te animan a tratarlos, te llena de amor y ternura.
María Capilla
Sin duda, un comienzo para no olvidar. Experiencia única en Cruz Blanca, portal número 27 de la posiblemente calle más recóndida de la ciudad, de la que he salido impactado en todos los sentidos. Envidia y admiración por su capacidad de encontrar la felicidad en cualquier detalle, de cómo un paseo por la playa se puede convertir en el motivo por el que olvidar todo lo demás; muestra de la esperanza, de cómo personas que estarían condenadas al rechazo y la soledad, gracias a la ayuda de los hermanos y voluntarios salen adelante y disfrutan. Ansioso por empaparme más y llegar hasta el final.
Alfonso Nicolau
Primer día en Calcuta, no sabía muy bien lo que me esperaba ni tenía claro lo que iba a hacer hasta que han abierto la puerta y, sin más, una sonrisa se me ha dibujado en la cara al ver a tantos niños: unos gateando, otros llorando, riendo,... pero sin ninguna duda, he ido a por uno de los niños que lloraba y mi mayor preocupación ha sido calmar su llanto y poco después hacerle sonreir. Por un momento, he sentido cómo la "chica de goma" que podía estirarse hasta llegar a todos los niños que reclamaban mi ayuda. Ha sido un día para recordar; espero seguir con estas ganas y esta fuerza porque no pienso desperdiciar ni un segundo de esta experiencia.
Celia Cerezo
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